Chic@s por favor no dejen de hacer sus tareas. Aquél que pretenda ir a clase sin tarea mejor no vaya y si acumulan más de 3 faltas nos vemos en el examen extraordinario al final del curso.
La tarea es leer (pero leer en serio) el mito y la leyenda y anotar las diferencias de la leyenda con respecto al mito (grupos 2-uno y 2-tres). Además de la tarea anterior (los esquemas de los cuentos de este blog) que nadie hizo hoy.
Los del 2-dos lean el mito y la leyenda.
Todos aquellos a quienes les falten tareas háganlas ahora.
Chicos del 2-uno acuérdense que por ahora todos por falta de tareas, salvo dos o tres personitas, andan reprobando.
Génesis 22
Se manda a Abraham que sacrifique a su hijo Isaac — Padre e hijo se someten a la voluntad de Dios — La descendencia de Abraham será tan numerosa como las estrellas y como la arena — En su descendencia serán bendecidas todas las naciones — Betuel engendra a Rebeca.
Y ACONTECIÓ después de estas cosas, que Dios puso a prueba a Abraham y le dijo: Abraham. Y él respondió: Heme aquí.
2 Y Dios dijo: Toma ahora a tu hijo, tu único, Isaac, a quien c amas, y vete a tierra de Moriah y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te diré.
3 Y Abraham se levantó muy de mañana, y ensilló su asno, y tomó consigo a dos criados suyos y a Isaac, su hijo; y cortó leña para el holocausto, y se levantó y fue al lugar que Dios le había dicho.
4 Al tercer día alzó Abraham sus ojos y vio el lugar de lejos.
5 Entonces dijo Abraham a sus criados: Esperad aquí con el asno, y yo y el muchacho iremos hasta allá, y adoraremos y volveremos a vosotros.
6 Y tomó Abraham la leña del holocausto y la puso sobre Isaac, su hijo; y él tomó en su mano el fuego y el cuchillo, y fueron los dos juntos.
7 Entonces habló Isaac a Abraham, su padre, y dijo: Padre mío. Y él respondió: Heme aquí, hijo mío. Y él dijo: He aquí el fuego y la leña, pero, ¿dónde está el cordero para el holocausto?
8 Y respondió Abraham: Dios se proveerá de cordero para el holocausto, hijo mío. E iban juntos.
9 Y cuando llegaron al lugar que Dios le había dicho, edificó allí Abraham un altar, y acomodó la leña, y ató a Isaac, su hijo, y le puso en el altar sobre la leña.
10 Y extendió Abraham su mano y tomó el cuchillo para degollar a su hijo.
11 Entonces el ángel de Jehová clamó del cielo y dijo: ¡Abraham! ¡Abraham! Y él respondió: Heme aquí.
12 Y dijo: No extiendas tu mano sobre el muchacho ni le hagas nada, porque ya sé que temes a Dios, pues no me rehusaste a tu hijo, tu único.
13 Entonces alzó Abraham sus ojos y miró, y he aquí un carnero a por sus cuernos; y fue Abraham, y tomó el carnero y lo ofreció en holocausto en lugar de su hijo.
14 Y llamó Abraham el nombre de aquel lugar: Jehová proveerá. Por tanto, se dice hoy: En el monte de Jehová será provisto.
15 Y llamó el ángel de Jehová a Abraham por segunda vez desde el cielo
16 y dijo: Por mí mismo he jurado, dice Jehová, que por cuanto has hecho esto y no me has rehusado a tu hijo, tu único,
17 de cierto te bendeciré grande mente y multiplicaré en gran manera tu descendencia
como las estrellas del cielo y como la arena que está a la orilla del mar; y tu descendencia
poseerá las puertas de sus enemigos.
18 En tu simiente serán bendecidas todas las naciones de la tierra, por cuanto obedeciste
mi voz.
19 Y volvió Abraham a sus criados, y se levantaron y se fueron juntos a Beerseba; y habitó Abraham en Beerseba.
20 Y aconteció después de estas cosas que le fue dada la nueva a Abraham, diciendo: He aquí que también Milca ha dado a luz hijos a Nacor, tu hermano:
21 a Uz, su primogénito, y a Buz, su hermano, y a Kemuel, padre de Aram.
22 Y a Quesed, y a Hazo, y a Pildas, y a Jidlaf y a Betuel.
23 Y Betuel engendró a Rebeca. Éstos son los ocho hijos que Milca dio a luz a Nacor, hermano de Abraham.
24 Y su concubina, que se llamaba Reúma, dio a luz también a Teba, y a Gaham, y a Tahas y a Maaca.
El irupé
Pitá y Morotí se amaban, y si él era el más esforzado de los guerreros de la tribu, ella era la más gentil y hermosa de las doncellas. Pero no estaba en las designios de Ñandé Yara el que fueran felices: inspiró una mala idea a la joven, acicateó su coquetería.
Una tarde, al caer el crepúsculo, cuando varios guerreros y doncellas se paseaban por las orillas del Paraná, Morotí dijo:
-¡Quieren ver todo lo que es capaz de hacer por mí este guerrero? ¡Miren!
Y diciendo tal, sacóse uno de sus brazaletes y lo arrojó al agua. Después, volviéndose hacia Pitá, que, como buen guerrero guaraní era un excelente nadador, le invitó a zambullirse en busca del brazalete. Más esperaron inútilmente que Pitá apareciera en la superficie.
Morotí y sus acompañantes, alarmados, comenzaron a dar gritos…En vano todo. El guerrero no aparecía.
La desolación corrió pronto por la tribu. Lloraban y lamentábanse las mujeres, en tanto los ancianos hacían conjuros para que volviese el guerrero. Sólo Morotí, muda de dolor y arrepentimiento, como ajena a todo, no lloraba siquiera.
El hechicero de la tribu, Pegcoé, explicó lo que ocurría. Dijo, con la certeza de quien todo lo hubiese visto:
-Pitá es ahora el prisionera de I Cuña Payé. Hundido en las aguas, Pitá se ha visto preso por la propia hechicera, y conducido a su palacio. Allí, Pitá ha olvidado toda su vida anterior; ha olvidado a Morotí, y se ha dejado amar por la hechicera; por eso no vuelve. Es necesario ir a buscarlo. Se halla ahora en la más rica de las cámaras del palacio de I Cuñá Payé. Y si el palacio es todo de oro, la cámara donde ahora Pitá se halla en brazos de la hechicera está fabricada de diamantes. Bebe olvido de los labios de la hermosa I Cuña Payé, que tantos bellos guerreros nos ha robado. Por eso Pitá no vuelve. Es necesario buscarlo.
-¡Yo lo buscaré! –exclamó Morotí. ¡Yo lo buscaré!
-Tú debes buscarlo, sí –dijo Pegcoé-. Tú eres la única que puedes rescatarlo del amor de la hechicera. Tú eres la única, si en verdad lo amas, que puede, con tu amor humano, vencer el amor maléfico de ella. ¡Ve y tráelo!
Morotí atóse a los pies un peñasco y se arrojó al río. Toda la noche esperó la tribu la aparición de ambos jóvenes, llorando las mujeres, cantando los guerreros y haciendo conjuros vencedores del mal los ancianos.
Con los primeros rayos de la aurora, vieron flotar sobre las aguas las hojas de una planta desconocida: era el Irupé. Y vieron aparecer una flor hermosa y rara, tan grande, bella y aromada, como nunca vieron otra flor en la región. Sus pétalos eran blancos los del centro y rojos los del exterior. Blancos como era el nombre de la doncella desaparecida: Morotí. Rojos como el del guerrero: Pitá. Exhaló un suspiro la flor bella y volvióese a sumergir en las aguas.
Pegcoé fu quien habló, explicando lo que ocurría a sus desconsolados compañeros:
-Pitá ha sido rescatado por Morotí. ¡Alegrémonos! Ellos se aman. La malévola hechicera que tantos guerreros nos ha robado para satisfacer su amor, ha sido vencida por el amor humano de Morotí. En esa flor que acaba de aparecer sobre las ondas yo he visto a Morotí en los pétalos blancos a los que abrazaban y besaban, como en un rapto de amor, los pétalos rojos. Estos pétalos rojos representan a Pitá.
Y, descendientes de Morotí y Pitá son esos hermosos irupés que decoran las aguas de los grandes ríos. En el instante del amor, aparecen sobre las aguas las bellas flores blancas y rojas del irupé, se besan y vuelven a sumergirse, porque surgen para recordar a los hombres que, si por satisfacer el capricho de la mujer que amaba, un hombre se sacrificó, esta mujer supo rescatarlo sacrificándose a su vez por el amado. Y si la flor del irupé es tan bella y fragante, lo es por haber nacido del amor y del arrepentimiento.
Irupé: Planta acuática de la familia de las ninfáceas, originaria de América, cuyas hojas miden hasta dos metros de diámetro.
Guaraní: Pueblo indio que vivía en los territorios de la Argentina, Paraguay y Brasil.
Cuñá: Mujer, en guaraní y otras lenguas amerindias.